Hay quienes hablan que debo hacer lo que me gusta, sin embargo, hay ocasiones que debo hacer lo que me toca y en otras, definitivamente debo hacer lo que necesito.
No siempre he hecho lo que realmente me apasiona, sería lo ideal, pero de vez en cuando es bueno comer un poquito de mierda. Yo he comido tanta, que hasta creo haberle cogido gusto y cariño.
—jajajajaja—.
Lo que me gusta es lo ideal; esto se refiere a aquello que el marketing llama el propósito de vida, ―para mí, éste es completamente diferente a lo que me han querido vender―, pienso lo contrario del común en el marketing de consumo actual. Esto lo explico mejor en mi libro: «TÉMPERA MENTAL, de regreso a mi yo verdadero».
Mi vida ha estado llena de aprendizajes, —la tuya de igual manera—. Éstos siempre se encuentran ahí, esperando que los tengamos en cuenta. Cada instante, cada segundo hay una lección de vida, sin embargo, la gran mayoría de nosotros no los detectamos y seguimos «existiendo», —a título personal, muchos de éstos no los entendí, porque me encontraba en otra frecuencia—.
Me apasiona la arquitectura, me encanta estar creando espacios conectados con un entorno para el hábitat perfecto de mis clientes.
Me encanta escribir, lo hago desde que tengo memoria, ahora comparto mis reflexiones contigo a través de este medio. Dichas observaciones me funcionan para desahogarme pensando que también puede ser de utilidad para algún/a desocupado/a que me lea, —tú, por ejemplo—.
—jajajajaja—.
Haciendo arquitectura, escribiendo, podcasteando y hablando en público, realmente me divierto. Ejecutando dichas actividades, el tiempo para mí no existe, como tampoco existen los domingos y días festivos en este apasionante mundo.
No obstante, ha habido ocasiones en las que me he visto obligado a hacer lo que me toca o lo que necesito para sobrevivir, y pienso que es ahí en donde se encuentra la verdadera y auténtica introspección; el verdadero conocimiento acerca del ¿para qué?. Es en las situaciones complejas en donde realmente crecemos para una evolución como «SER» humano.
Aquellos que me han intentado vender su concepto de lo que es el «propósito de vida», a mi modo de ver, no están hablando más que «mierdireglas»; para ellos es lo correcto y no los debo contradecir porque esto se basa en un sistema de creencias propio. Lo que para mí está bien, pueda que para ti no lo sea, porque tu punto de vista se basa en la experiencia que has tenido; para ti funciona, para mí, tal vez no. Cada quien habla de acuerdo como le va en el baile.
Adicionalmente, soy un convencido que para todo lo que hago dentro de la perspectiva de «me toca», o desde «lo necesito», es mi deber encontrarle el gusto, el placer, el amor.
Antes, cuando me encontraba envuelto en esos conceptos maricas —me toca o lo necesito—, pues parecía que todo estaba en mi contra, no le hallaba sentido alguno, y obviamente me costaba salir de determinada situación adversa.
He entendido que todo es un aprendizaje, y que cada enseñanza me lleva a un nivel más alto de crecimiento y desarrollo personal. He entendido que haber visto las cosas como lo hacía antes, me mantenía en un estancamiento absoluto, en un ahuevamiento existencial, en un letargo de déficit mental.
Vivir en un estado donde siempre es lo mismo, bien sea en lo que me gusta, en lo que me toca o en lo que necesito, creo que es permanecer en un mundo plano; es encontrarme y continuar en la vida de autómata y robot que siempre se me inculcó. Es lo mismo que ir viajando en un auto sobre una carretera plana y recta por cientos de kilómetros, ¿qué termina pasando?
¡ME QUEDO DORMIDO!
Así viví por muchos años, atontado, o mejor, estaba muerto en vida.
Y ¿tú?
¿Cómo llevas tu vida?
¿Haces lo que realmente te gusta?
¿Haces lo que te toca, o lo que necesitas hacer?
¿Te has sentado a reflexionar acerca del aprendizaje que tiene cada una de las situaciones que pasan en tu vida?
Te deseo un excelente y maravilloso dìa.
Dios te bendiga.
Namastè