Pienso que está bien copiar, modelar o imitar pero hasta cierto punto.
Tony Robbins dice en su libro: «PODER SIN LÍMITES», que cuando se está iniciando un camino es bueno tener ciertos referentes, —obviamente no todos conectan con nuestra energía— para tener un punto de partida.
El modelar permite imitar todas y cada una de las expresiones corporales de aquel o aquella referente con el ánimo de poder percibir las sensaciones y los sentimientos que nos impactan de estos personajes. Solo así, se podría tener una ligera percepción de lo que cada uno de nosotros como seres humanos en constante evolución queremos sentir y deseamos proyectar a nuestro entorno.
No obstante, este ejercicio es bueno para que cada quien vaya adquiriendo su propio estilo, para ir creando un sello personal o lo que conocemos como «MARCA PERSONAL».
Cuando se crea ansiedad o angustia es porque aquel referente se convierte en una verdadera obsesión —es mi opinión—, eso quiere decir que carecemos de una identidad propia, por lo tanto, anhelamos convertirnos en una copia de algunos modelos de los que desconocemos su vida en absoluto, es decir, no se tiene idea del por qué están haciendo realmente las cosas; y es ahí, de donde parte la verdadera MARCA PERSONAL de cada quién, sabiendo el por qué y el para qué busco imitar o modelar a alguien que aparentemente es una referencia para mí.
Pienso que al no tener claro un por qué, es cuando aparece esa ansiedad y comienza la comparación sin medida, idealizando a aquellos o a aquellas que en realidad no deberían tener un significado para los demás. Cada quien tiene su verdadero poder, su verdadero concepto, sus valores únicos y especiales; cada quien es su propio significado, su propio sentido de vida.
Yo tengo tres referentes a lo sumo, de hecho, mi credibilidad en aquellos a quienes se les dice «maestro» es nula; para mí, solo ha existido un único y verdadero guía que alcanza dicho calificativo: Jesús de Nazareth, de ahí y hasta ahí, pare de contar, —para mí—.
Hace poco me encontré con un vídeo de Jurgen Klaric en el que menciona algo: «No existen gurús, no existen maestros. Lo que si existe es un tipo que te motiva y hace que tu descubras dentro de tí la voz que te dice qué hacer».
Más claro no puede estar, no obstante, nos han inculcado un puto modismo de mierda en el que inconscientemente permitimos ser dominados por tendencias sin sentido alguno.
Respecto a mis referentes, cuando los veo me digo: «yo quiero estar en donde este personaje se encuentra, y por qué no, compartir tarima con ellos»; pero no estoy copiando lo que estos locos hacen, de hecho, hay muchas cosas en las que no estoy de acuerdo o no me siento cómodo de ellos. Tal vez por éso es que me he tomado un poco más del tiempo normal en salir a la luz, porque considero que mi estilo, mi marca personal o mi ingrediente secreto aún falta pulirlo un poco más.
He leído mucho, he hecho todos los ejercicios posibles que me han permitido avanzar en mi autoconocimiento, he tenido miles de prueba y error; todo esto basado en teorías y fundamentos de cientos de autores incluidos mis referentes. Claro, siempre he tenido muy presente que mi personalidad, mis valores, mis principios y mi esencia son únicos e irrepetibles; mi mensaje puede ser similar, pero tiene algo diferente y está destinado a llegar a otro público.
Como dice Laín García Calvo: «Escucha la voz de tu alma», solo así sabrás hacia donde debes dirigirte y de qué manera hacerlo.
¿Qué estás esperando para hacer todo lo que te identifica y con lo que en realidad te sientes cómodo/a?
¿En qué momento vas a empezar a hacerlo?
Te deseo un excelente y maravilloso dìa.
Dios te bendiga.
Namastè