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Ser odiado: reflexiones sobre autenticidad y aceptación personal

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  • Última modificación de la entrada:2024-07-17

En mi versión anterior —año 2018 para atrás—, me incomodaba que las personas se sintieran mal con mi presencia, de hecho, me emputaba y por ende, reaccionaba.

Ahora, que entiendo un poco más acerca de la famosa «ley del espejo», y que he aprendido a ponerme en los zapatos del otro, me encanta darme cuenta de la incomodidad que genera mi presencia en uno que otro que se ha cruzado en mi camino en los últimos meses del año 2023.

Me explico: estuve casi cinco años en un hermetismo absoluto, totalmente alejado de una sociedad que no representaba algo para mí, dentro de una etapa de crecimiento y desarrollo personal.

Sólo fue hasta el 3 de octubre de 2023, que decido retomar mi contacto en aquella colectividad, el cual, me he dado cuenta, sigue en su «carrera de la rata». Su cambio ha sido más físico que mental y por ende, su objetividad no ha sido cuestionada. Me he reencontrado con viejos conocidos, a quienes les veo unas líneas de expresión —arrugas— en su rostro que antes no tenían, mientras que a otros los he hallado con canas. —esa es la ventaja de raparse la cabeza, a mi no se me ven—.

—Jajajajaja—.

En mi nueva versión, he reafirmado valores y principios de antes pero con una nueva visión y misión, lo que llaman por ahí: «reencauchado». Algunos de esos estereotipos han desaparecido de mi vida, porque perdieron su utilidad hacia mí.

Siempre me he caracterizado por ser una persona franca y frentera. Hoy, mi sinceridad y honestidad se encuentran respaldadas por una transparencia que me da la tranquilidad absoluta de estar actuando en forma consciente y coherente de acuerdo a mi forma de ver cada una de las situaciones que a diario se me presentan.

Decir las cosas como lo siento me ha hecho alguien amado y repudiado por otros y otras. He tenido cuestionamientos con uno que otro profesional cuya incidencia hacia mí como ser humano es de menos cero, porque he aprendido que cuando me dicen algo de forma airada, en realidad no están hablando de mí, sino que lo hacen de el o de ella, de ellos o de ellas.

Caso contrario sucede con mis semejantes, porque se sienten agredidos e intimidados con mi presencia y mis opiniones, se sienten vulnerados en su falso ego. Sienten que estoy violando su derecho a actuar como se les dé la gana. Su inseguridad y empute salen a flor de piel cuando opino respecto a su forma de actuar y de cumplir o incumplir con sus obligaciones contractuales.

El aprendizaje obtenido de mis reacciones relacionadas con la opinión de los demás respecto de mí y la forma en que se expresan, me ha llevado a justificar el «me importa un culo», es decir, que no me afecta. No obstante, cuando uno de esos comentarios y formas me alteren, es algo que debo revisar en mí de inmediato, porque les estoy hallando la razón en lo que dicen.

Y ¿tú?

¿Qué opinas de ser odiado por los demás?

¿Te afecta ser odiado/a, o prefieres ser aceptado?

Gracias, gracias, gracias.
 
¿Cuàl es tu opiniòn al respecto?
 
Te leo.

Te deseo un excelente y maravilloso dìa.

Dios te bendiga.
Namastè
Más acerca de mí.

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