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Vivir en un entorno dentro de un desorden mental, la gran prueba

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  • Última modificación de la entrada:2024-07-17

Hace unas semanas estaba conversando con alguien que es diametralmente opuesto a mí. De hecho, con frecuencia me encuentro con personas así, que cuestionan mi nueva filosofía de vida y bromean diciendo: «tu estilo de vida zen».

Entiendo perfectamente esa forma de pensar, porque solía ser igual. Además, me refutan el hecho de vivir en la ciudad. —¿Por qué no te vas a vivir a un pueblito lejos de aquí, donde no te moleste nadie?, —sugieren.

Jajajajaja.

Créeme que lo he contemplado en varias ocasiones —respondí.

Estarías mejor, conectando son tu ser superior —jijijijiji —ríen sarcásticamente.

Jajajajaja, les regreso una sonrisa.

Personalmente, la idea de esas personas está perfectamente bien. De hecho, tendría un beneficio enorme para mí y para mis compañeros (me refiero a mi perro y mis gatos). Mi salud, aunque poco se deteriora, sería extraordinaria; tal vez viviría con una sonrisa de oreja a oreja. Aquí surge la pregunta: ¿tiene sentido realmente alejarse de la sociedad en la que vivo?

Perfectamente puedo hacerme el loco y dejar solo para mí lo que he aprendido durante mi resignificación de vida, pero estaría privando a otros que se identifiquen con mi historia. Es cierto que aún no me lanzo al ruedo de la forma en que debo hacerlo para compartir la enseñanza que me permitió escribir el libro: «TÉMPERA MENTAL, de regreso a mi yo verdadero».

Presentar ese manuscrito me permitió liberarme de un peso enorme que llevaba en mi espalda, pero siento que debo quedarme. Mi nueva forma de relacionarme con el mundo está aquí para poner a prueba todo lo que he escrito. Necesito confirmar que no es solo producto de un pensamiento utópico.

Está bien retirarse y alejarse, no obstante, acá en la ciudad, en mi medio de trabajo es donde está el caos que pone a prueba todo lo entendido, asimilado y aprendido. Afuera, no tengo la oportunidad de encontrarme con la cantidad de espejos a los que me enfrento a diario. Allá no tendría la oportunidad de cuestionar mis comportamientos y reacciones que surgen ante determinadas provocaciones de un sistema del que aparentemente salí y digo aparentemente porque he vuelto a caer en varias ocasiones. He vuelto a sentir emociones que antes me provocaban reacciones adversas, ahora, esas emociones me permiten ver todo de una manera diferente y poder entender un poco mejor a mis semejantes.

Aquí, en el caos, es donde de verdad se presenta la prueba y el error. Aquí es donde me he tenido que levantar varias veces y volver a practicar lo aprendido. Como un deportista de élite, fallo y lo intento una y otra vez hasta lograr el resultado esperado y ansiado.

Acá es donde está el mierdero, y acá es donde debo quedarme para poner a prueba todo lo que he dicho haber superado, para luego, ponerme en la tarea de compartir mi aprendizaje y conocimiento.

Jesús de Nazareth lo hizo, obviamente yo no soy él, ni estoy destinado a hacer algo similar, pero … si él lo hizo ¿por qué yo no?

Gracias, gracias, gracias.
 
¿Cuàl es tu opiniòn al respecto?
 
Te leo.

Te deseo un excelente y maravilloso dìa.

Dios te bendiga.
Namastè
Más acerca de mí.

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