¿Por qué carajos te importa tanto lo que digan los demás?
Yo antes juraba que no.
—«A mí me importa una mierda lo que piensen de mí, yo hago lo que me da la gana».
Mentira.
Una gran mentira.
Si de verdad no me importara,
no tendría miedo de hacer lo que quería.
No me daría pena.
No estaría buscando aprobación.
Pero ahí estaba yo:
mirando de reojo.
Consultando antes de decidir.
Pidiendo permiso como un idiota.
¿Te suena?
Decimos «me importa un culo la opinión ajena».
Pero nos tiembla la voz cuando toca hacer lo que en verdad deseamos.
Eso no es libertad.
Es esclavitud mental.
Son las mierdireglas que nos programaron.
Cadenas invisibles.
Muros que uno mismo se construye.
La mierda se acumula.
No sale.
Y al final la cabeza se convierte en un basurero de creencias podridas.
Un pus mental.
Un mierdilogrotesco que apesta más que el ego herido.
La pregunta es simple:
¿Cada cuánto limpias tu cerebro de esas mierdas?
Otra más directa:
¿Qué harías si de verdad dejaras de vivir pendiente de los comentarios ajenos?
Te deseo un excelente y maravilloso dìa.