Escribo esto después de ver la protesta de actores por la creación de la primera actriz hecha con inteligencia artificial.
Y no es solo una reacción laboral: es una señal de alarma, una pregunta que cada vez suena más fuerte.
¿Hasta dónde vamos a permitir que lo humano se diluya entre máquinas?
[…]
Hablan de que la IA está cada vez más humanizada.
¡Basura!
El humano es humano.
Con sus errores, virtudes y contradicciones.
Con su risa, su llanto, sus abrazos que curan y también los que se dan por pura soledad.
Todo eso nace desde las entrañas, no desde un algoritmo.
Somos un conjunto de emociones viscerales: algunas desbordadas, otras contenidas.
Y sí, la IA llegó para quedarse…
Pero lo cuestionante no es eso, sino que parece que el ser humano empieza a hacerse a un lado.
La IA puede ser herramienta, nunca reemplazo.
Estamos siendo deportados de nuestro propio hábitat, y los despidos masivos lo confirman.
El vídeo argumenta que aún nos queda la interacción de humanos con humanos.
En parte es cierto, en parte no.
Porque somos nosotros mismos quienes estamos permitiendo ser absorbidos por las máquinas.
Nos rendimos fácil.
Nos dejamos apagar.
Paradójico: la IA la crean humanos… que olvidan lo que es serlo.
Dicen que quien no domine la IA está desactualizado, fuera del juego, está jodido, está en OFF.
Es decir… es un NADA QUE VER.
Yo creo que más jodido está quien cree que el ser humano ya no sirve.
Pienso que está más jodido el hecho de pensar en que las máquinas nos hagan la vida fácil.
La esencia humana no se descarga.
No se actualiza.
Se siente.
Se vive.
Se defiende.
Solo hace falta recordarse a sí mismo.
¡A propósito!
Por acá te dejo un enlace al respecto [enlace].
Gracias, gracias, gracias.
Te leo.
Te deseo un excelente y maravilloso día.
Namastè
